Larga vida a Darwin en los 200 años de su nacimiento


"El hombre desciende del mono" -o, peor aún, "el hombre no es más que una lombriz"- parece ser para muchos la idea principal de la teoría de la evolución propuesta por Charles Darwin, quien nació un 12 de febrero -como hoy- hace 200 años. La verdad lo único que afirma el pensamiento darwinista es que los actuales primates y el ser humanos evolucionaron a partir de una especie ancestral común cercana. Según la idea de Darwin del "árbol de la vida", si uno escoge cualesquiera dos especies habrá de encontrar un ancestro común, lo cual podría explicar muchas de las similitudes orgánicas que se puedan encontrar entre esas dos especies. Darwin representaba así esta idea en sus cuadernos:


El fenómeno que le interesaba explicar a Darwin -como sabrán ustedes por la famosa historia de las Islas Galápago- es el de la diversidad biológica y la adaptación: ¿Por qué existen tantas especies? ¿Por qué los organismos están especialmente diseñados para satisfacer las exigencias que les impone su medio ambiente? La respuesta más sencilla es que, si hay un diseño complejo, entonces hay un diseñador inteligente. La genialidad de Darwin consistió en concebir una explicación de este innegable diseño sin apelar a la idea de un sujeto diseñador. Esto les ha hecho pensar a muchos que Darwin negaba la existencia de Dios, pero él llegó a reconocer en su Autobiografía que su teoría era insuficiente para refutar la hipótesis de la existencia de Dios. De hecho no era eso lo que buscaba. La idea de Dios está más allá de los límites de la ciencia: Recuerdo mucho un comercial televisivo colombiano que promovía la promovía la protección de la Palma de Cera -nuestro árbol nacional, que crece justo en mi tierra (♫♪"Quindío, corazón mío"♪♫)-. El comentarista de dicho comercial esbozaba un argumento más o menos así: "En el principio Dios creó las especies... ¡y las dotó de la selección natural para que evolucionaran!... cuídemos la Palma de Cera". Se imaginarán cuánto me divirtió este argumento. No se le puede responder nada. Ése es el punto, la creación de Dios podría ser dinámica y constante, Dios pudo haber creado la selección natural, Dios pudo haber configurado las leyes que harían posible el surgimiento de las primeras "moléculas replicantes", o puede que no. La teoría de Darwin ofrece una explicación del fenómeno de la diversidad y la adaptación más allá de la irresolvible duda de si lo hizo Dios o no. Ahí está.

La idea de Darwin es simple, pero no por eso deja de ser genial: Entre los organismos de una misma especie hay diferencias que se pueden heredar. Si la vaina está muy berraca (si hay "lucha por la existencia"), aquellas diferencias heredables que hagan que ciertos individuos tengan alguna ventana frente a sus congéneres tendrán más posibilidades de heredarse, es decir, se presentarán más en la siguiente generación. Y como éste sería un proceso acumulativo, entonces, a la larga, la suma de esas variaciones heredables generaría grupos tan diferentes que constituirían ya una especie aparte con respecto a la población de la cual surgió.

La teoría de Darwin es genial y creativa no porque haya inventado algo nuevo. Ya existía el concepto de "evolución" entre los biólogos, el de "selección" entre criadores y el de "lucha por la existencia" entre economistas. Lo genial de Darwin fue la manera en la que combinó esas ideas. Ésa es una de las razones por las cuales yo creo que la autenticidad u originalidad es la manera particular en la que uno mezcla todos los elementos, es la proporción que uno cultiva entre las influencias que recibe, es la manera como recombina los factores utilizando las reglas dadas y los elementos del juego.

Todos creen saber qué es la evolución porque han visto Discovery Channel. Pero un error frecuente, y lo he comprobado mil veces preguntando cómo evolucionó la jirafa, es la creencia de que si un organismo ejercita mucho un órgano entonces sus hijos saldrán con ése órgano más desarrollado. Y siempre respondo que eso como creer que si uno se dedica al baloncesto los hijos van a salir más altos, o que si se dedica a la natación van a salir más anchos, o que si se broncea van a salir más morenos. Darwin no tenía pinche idea de cómo eran los genes y se equivocó totalmente proponiendo una teoría de la herencia según la cual existían unos corpúsculos llamados "gémulas" que viajaban desde las células normales hasta la células sexuales a través del torrente sanguíneo. Su primo, Francis Galton -otro señor que yo adoro-, lo refutó con un experimento de transfusión sanguínea en conejos: los hijos de los conejos receptores no heredaban rasgos de los conejos donantes. La genética contemporánea, erigida sobre el descubrimiento de la función del ADN, se complementa perfectamente con la teoría de la evolución y corrije el error de Darwin sobre la herencia.

Parece que Darwin se equivocó mucho. Algunos biólogos afirman que la evolución no es gradual (teoría del saltacionismo de Eldredge & Gould -¿recuerdas Héctor la filosofía posmoderna sidhenaística?-). Otros afirman que las ramas del árbol de la vida se pueden volver a juntar simbióticamente, ellos argumentan por ejemplo que nuestras mitocondrías solían ser organismos separados (teoría de la endosimbiosis de Margulis & Sagan -¿recuerda señor Guillot que somos colonias?-). Otros que hay otros procesos tan importantes como la selección natural (la teoría de los constreñimientos de Gould -ciencia de culto para mi estimadísimo Natural Max-). En fin... Lo interesante es que todas estas críticas son realmente correcciones que hacen evolucionar la teoría de la evolución.


Darwin & Yo

Soy un fervoroso darwinista. Siento que las explicaciones evolucionistas dan una luz sobre todos los fenómenos biológicos. Por ejemplo, la psicología evolucionista (liderada por tipos como David Buss), en su aventura de tratar de explicar por qué nos gusta lo que nos gusta, ha elaborado una explicaciones muy interesantes de la diversidad sexual humana.

Siempre tuve un pensamiento muy naturalista, pero no recuerdo muy bien por qué inscribí aquella vez ese curso de filosofía de la biología con mi actual tutor, el profesor Alejandro Rosas. Me puso a leer El gen egoísta de Richard Dawkins -libro que entendió muy bien Molly Parker-. Rosas no es muy divertido en clase, pero los problemas que hizo surgir a partir del libro me cautivaron para siempre. Dawkins dice que somos máquinas de supervivencia construídas por los genes para sobrevivir (reproducirse) y lleva esa idea al extremo. Este ejercicio lo sumerge a uno para siempre en la pregunta "¿cuál es la relación entre naturaleza y cultura?".

Ese problemita de la esencia de la naturaleza humana me resulta especialmente delicioso a la luz del aporte de Darwin. La evolución se ha centrado en hacernos organismos eficientes en términos reproductivos, pero el diseño resultó tan complejo, tan lleno de "propiedades emergentes", que nos convirtió en una especie muy interesante: tenemos la legítima capacidad de reconfigurar individual, social e históricamente el fin de nuestra existencia, trascendiendo el ideal biológico de reproducción como objetivo de la vida. Pero todas nuestras capacidades son posibilitadas en alguna manera por nuestra configuración genética, por nuestro diseño biológico, por la evolución de nuestra especie. Imagínense ahora que pasa si uno combina estas ideas con la tesis estoica según la cual "ser feliz es vivir según su propia naturaleza": interesante, muy interesante...

Mi monografía de pregrado en Filosofía argumenta que la selección artificial es un subtipo de selección natural. Mi monografía de posgrado explora la relación entre la teoría de la eugenesia de Galton y la teoría de la evolución de Darwin. Y hoy estoy estudiando mucho sobre evolución de la sexualidad. Creo que la teoría de la evolución debe ser considerada si se quiere tener una buena comprensión del fenómeno de lo humano, pues es una fuente poderosa de hipótesis, problemas y explicaciones. Por eso me oirán por mucho tiempo promover el pensamiento darwinista.

Feliz cumpleaños, Darwin. Que la luz de tu intelecto nos siga iluminando. ¡Y que la evolución los dote de un genotipo que les permita a ustedes y a sus eventuales descedientes ser prósperos y felices!

6 comentarios:

seranhelo dijo...

Esto lo escribí a todo afán, discúlpenme si no está claramente estructurado, pero espero que disfruten el resultado de un momento de pasión.

shaikai dijo...

Bueno, la verdad no me gusta de a mucho la teoría esta de Gould de que la evolución es puntual y no continua... Puede ser interesante, sí, pero no llevada al extremo. Mejor dicho, tal vez tengan razón en que no todo se puede explicar en términos de continuidad; pero de puntualidad tampoco.

Ah, y ya que habla de la tesis, ¿la puedo leer? Ah, pero no está terminada... verdad... Ah, pero eso no le falta nada, no? Porque hace rato empezó... Ah, bueno, entonces me la pasa esta semana... verdad...?

aldemar dijo...

A mí me da risa que mucho científico cree que con la evolución ya refutó a los religiosos porque ¡es por azaaaar!, ¡es por azaaaar! Lo que eso me hace pensar es que ellos mismos no se han dado cuenta de que la ciencia se les convirtió en su religión.

No capté la referencia a molly parker.

Yo debería cambiarme a estudiar lo que usté estudia. Pero bueno, en ésas estamos.

Yo también espero su tesis esta semana.

shaikai dijo...

Don JP, pa sumercé sería bueno "La religión y la nada" de Keiji Nishitani. Por esos lares no debe ser difícil de conseguir en inglés (Religion and Nothingness).

Y sí, tanto los fundamentalistas religiosos como los ateos cientificones están locos locos ;O

JP dijo...

Quiubo don Checho.
Una pendejadita que escribí sobre el tema en Semana.
http://tinyurl.com/bz3ryw

Un abrazo

seranhelo dijo...

Gracias a todos.

JP & Shaikai: Les mandaré el texto

JP: Molly Parker es una amiga, comunicadora, de popayán que me sorprendió con su profundo conocimiento sobre "el gen egoísta".

Patiño: chévere su artículo, ¿sabía que los pastafaristas provienen de esa discusión?: http://venganza.org/